Cuando empezó el juego hubo ciertas confusiones en las que no sabíamos si teníamos que competir para ser mejores solo con nuestro equipo o si es que teníamos que ayudarnos entre todos los equipos para lograr la mayor cantidad de puntos.
Después de 3 ó 4 rondas todos nos dimos cuenta que teníamos que cooperar entre todos los equipos para que llegáramos a la meta establecida que era reunir la mayor cantidad de puntos posible como equipo, pero en realidad todo el salón era un solo equipo. Lo que se hizo al principio del juego fue que en cierto aspecto fuimos divididos como “equipos” para que creyéramos que teníamos que competir unos con otros, era un estilo de truco de la mente.
Fue un poco difícil llegar a un acuerdo con el resto de los equipos puesto porque tenemos la costumbre de competir, y luchar constantemente por querer ser los mejores; sin embargo sentí que en esta actividad si logramos un poco más de avance en cuanto a ponernos de acuerdo y tratar de armar una estrategia grupal en beneficio de todos; a diferencia de la actividad de las fichas.
Creo que con esta actividad me di cuenta de que es mejor cooperar que competir, ya que si cooperas con las demás personas es más probable que se tenga éxito, en la actividad que sea.
El juego fue interesante porque pude darme cuenta de que a muchos nos cuesta trabajo dejar de ver por nosotros mismos, somos egoístas y no nos preocupamos por los demás y es impresionante como con pequeñas actividades como estas te puedes dar cuenta de lo que estás haciendo mal y poder reflexionar para cambiarlo.